lunes, 8 de marzo de 2010

¡“Dios es el mismo ayer, hoy, y por los siglos”!

EL TIEMPO DE DIOS PARA LA MUJER


El deseo por bendecirnos ha sido desde inicios el mejor. Desde el momento en que dio a la mujer privilegios hermosos como el de la maternidad hasta en nombrarla edificadora de su hogar. Cada mujer en su lugar de origen y en su congregación tiene la oportunidad de decir.

“Este es el tiempo de Dios para mi vida, solo debe existir un deseo enorme en el corazón como lo hubo en todas aquellas sirvas mencionadas en su palabra y reconocidas por su gran valor. El tiempo de Dios llego a Rut cuando dijo “Tu Dios será mi Dios”. Débora al decir “Hasta que yo me levante”, María al exclamar “He aquí la sierva del Señor, hágase conforme a su voluntad”.

Las palabras de fe de la mujer Sirofenicia al decir “Aún los perrillos comen de las migajas de la mesa de su Señor”.

Hemos dedicado este numero de PERLAS a todas aquellas mujeres que han dado un paso de fe al creer que Dios anhela lo mejor para cada una.

Zulma Warren de Cifuentes